Cuando el sustico al saber que falta poco para verte se
pierda en la sensación de buscar una excusa que retrase el encuentro.
Cuando el tiempo deje de ser insuficiente para convertirse
en demasiado.
Cuando pueda pasar: mas de 30 minutos sin buscar mensajes
olvidados en el celular, sin ver por lo menos 10 veces al día las imágenes para
actualizarla al mundo.
Cuando la ausencia de palabras no pueda llenarse de miradas
y el silencio se sienta incómodamente ensordecedor.
Cuando el miedo a caerme de las nubes desaparezca porque ya
me he caído.
Cuando explote mi sumisión para ejercer mi voluntad, sin
pedir permiso.
Cuando me dé vergüenza expresar públicamente que te amo.
Cuando todo esto suceda yo no quisiera estar allí porque
simplemente se habrá acabado la magia.
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