Introspección: reflexiones a la hora del tráfico

Se me agota la capacidad de reflexión, mis pensamientos se limitan a 140 caracteres, quizás no sea la disminución de la capacidad de análisis ni la falta de ganas de hacer juicio sino las ganas de expresarme rápido y conciso con una idea central. Me molestan tantas cosas que no me concentro en una para desarrollar la idea y desahogarme. Me molestan tantas cosas, que apenas me da tiempo de explotar en 140 caracteres para que no se me olvide sacarlo luego. Me molestan tantas cosas que hoy siento la necesidad de escribir. A veces quisiera no ser tan analítica y dejar que las cosas suceden por que si.

Cuando el sustico al saber que falta poco para verte se pierda en la sensación de buscar una excusa que retrase el encuentro. Cuando el tiempo deje de ser insuficiente para convertirse en demasiado. Cuando pueda pasar: mas de 30 minutos sin buscar mensajes olvidados en el celular, sin ver por lo menos 10 veces al día las imágenes para actualizarla al mundo. Cuando la ausencia de palabras no pueda llenarse de miradas y el silencio se sienta incómodamente ensordecedor. Cuando el miedo a caerme de las nubes desaparezca porque ya me he caído.   Cuando explote mi sumisión para ejercer mi voluntad, sin pedir permiso. Cuando me dé vergüenza expresar públicamente que te amo. Cuando todo esto suceda yo no quisiera estar allí porque simplemente se habrá acabado la magia.

Un comienzo incierto, inseguro, pícaro y dulce, inocente y suspicaz, astuto y premeditado, nervioso y decidido, tímido y rebelde, hoy cumple un año escribiendo una historia.